Ruinas al Pop (haciendo clic en la foto se escucha arqueologia pop)

sábado, 14 de noviembre de 2009

La verguenza de la sierra

El ICONA de infausto recuerdo, el SEPRONA de odioso y militar presente, los de GREENPEACE y asimilados y las incompetentes autoridades competentes de MEDIO AMBIENTE, con intenciones tan presuntamente loables como difusas y erróneas han llevado sus iniciativas y prerrogativas hasta el final del abuso, y han convertido un patrimonio de valor tan incalculable como dudoso en una bazofia.

Esto deja en un ridículo mayúsculo lances de caza, avistado y fotografía, otrora honrosos. Algunos esperpentos siguen hoy en los años setenta, o incluso antes, sin reconocer que aquellos esquivos y montaraces animales son hoy unos pastueños animalillos de compañía; majestuosos en su figura pero sin enjundia alguna en sus entrañas. Fueron honra de paisanos, lugareños y montañeros y hoy sólo rechifla de paseantes y domingueros.

Basta salir de la autopista a la Laguna Grande y seguir cualquier vereda bien marcada para tener al alcance de la mano cabras de cierta edad que no recelan de nada.


Pero es aún más doloroso ver machos de estampa gloriosa a tiro de canica.

Los culpable tienen las letras muy gordas (ver más arriba). Con un poco de interés, el nombre y apellidos de esos responsables se escucha en los soportales y en la barra de los bares. Caiga sobre ellos la vergüenza, el desdén y la desgracia que merecen.

1 comentario:

  1. Aunque con evidente retraso, me alegra leer tu comentario y hoy me apetece soltar mi diatriba. No olvides Paco, que esto es una muestra más, o si se quiere una consecuencia más, del creciente intervencionismo en que llevan años cayendo los estados "civilizados" (no lo son, no hay mayor incivilización que la falta de libertad individual), empezando por los cafres de los americanos, tan exagerados en todo, y seguidos por los europeos, copiotas de tres al cuarto, con un defecto igual de enorme que nuestra idiotez: solo copiamos lo malo, lo que implica prohibición. El estado cada vez nos deja menos espacio. El último ejemplo es lo del tabaco y yo me niego a no poder ganarte otra vez al mus fumándome un buen puro mientras me tomo un buen gintonic y que no sea en mi casa, en mi casa no me sabe igual, o es que alguien imagina España sin el farias y la partida en el bar, simplemente dejará de ser España. Hay innumerables formas de garantizar los derechos de los no fumadores (extractores que se ponen en marcha automáticamente y el dueño no puede apagar, p.e.)
    El próximo ataque será contra las cañitas, cultura ancestral e incomparable forma de relacionarse socialmente, modo de vida que debería recibir el premio Nobel de medicina por su contribución a la psiquiatría en el campo de la prevención de la depresión (aquí podemos incluir el puro y la partida ¿qué harán esos hombres escuchando todo el día a sus mujeres y no pudiendo desahogarse con la partida?: DEPRIMIRSE, si algún tonto ve en esto un comentario machista, pues eso, es tonto)
    En fín, viva la libertad, aunque sea para tirar piedras a las cabras sin que venga el ecologista coñazo, te denuncie y te condenen a 40 días de trabajo en beneficio de la comunidad. Y da gracias, todavía puedes deambular por Gredos sin excesivos problemas, a ver cuánto dura. Yo en Navaluenga, no puedo pasear por el monte legalmente (lo hago porque me sale de las narices) porque el monte está cerrado, no hay más que puertas que se supone no puedes traspasar y todo porque hay imbéciles sin educación que no saben comportarse en la naturaleza y ¿cuál es la solución? prohíbes entrar al campo y ya está

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