Conciertos que bien pudieron cambiar una vida

Los conciertos, por distintos motivos, tienen el poder de cambiar el sino y el destino de las personas que asisten a ellos. La música tiene el poder de estimular y desencadenar reacciones de una intensidad tal que pueden marcar la personalidad de ciertos individuos, o no.

Algunos de estos conciertos poderosos podrían haber sido:


La voz, la dicción y el compás del Lebrijano en Ávila al principio de los años ochenta mostrando un camino personalísimo al margen del Camaronismo.

Aviador Dro, Los Pistones y Radio Futura en la plaza de toros de Ávila en el verano de 1984. Entre escarceos sentimentales y devoción por Los Pistones, el Aviador marcó una noche inolvidable cerrada por unos siempre sobrevalorados Radio Futura, ya entonces bastante pendientes de sí mismos.

Sarah Vaughan en el Teatro Real de Madrid el 7de noviembre de 1985. La presencia de esta dama en ese recinto y su pieza sin micrófono ni amplificación de sonido con todo el sentido de la música de su raza supuso una cirugía cardiaca mayor y la implantación de la válvula del jazz en el corazón de algunos… para siempre.

Los Smiths en el Paseo de Camoens en Mayo de 1985 hicieron saber a los asistentes a esa gran misa mayor del pop que estaban ante un acontecimiento único que no podía sino influir en sus vidas, y que se convertiría en unos de los conciertos con más referencias en artículos y blogs dedicados al Pop.

Camarón en el Palacio de los Deportes de Madrid en Mayo de 1988 consiguió el silencio de sus miles de fanáticos devotos y mostró, menguado de facultades y evidenciando sus dependencias, el camaronismo extremo que tanto bien hizo al flamenco. Todo ello mientras los gitanos tapaban las rodillas de sus esposas con sus pañuelos para protegerlas de las miradas de los pocos payos que se sentaban en las sillas de la pista.

Los Pixies en la sala Universal Sur de Madrid el 17 de septiembre de 1990. Un setlist de 28 canciones, ríos de tinta y documentos sonoros dan innecesaria fé de la intensidad de una sesión de rock que hizo entrever el camino que emprendería el pop rock menos adocenado en los noventa.

Los Lagartija Nick en Ávila en una madrugada del verano de 1996, tras una tormenta que obligó a retrasar la aparición de unos Lagartija que prefirieron tocar aal amanecer que suspender y cobrar menos, como bien les hizo saber el inolvidable concejal abulense de fiestas de entonces. Un maremoto de rock futurista, agresivo, ruidista de corte experimental, con el que Lagartija Nick inundó de sonido apabullante, arriesgó y convenció a los pocos escépticos que lo disfrutaron con el estómago encogido.

Antonio Vega en marzo de 2006 en el Teatro Juan Bravo de Segovia. Una sesión de acupuntura para el corazón en la que las frases más emotivas y terapéuticas del Pop español traspasaron los más duros caparazones de la resignación y el desengaño bañadas en melodías balsámicas.

El concierto de los Dillinger Escape Plan en Bruselas a las tres de la tarde del sábado 6 de febrero de 2010 fue una tormenta de una violencia extremadamente técnica en cuanto a la música compleja y llena de breaks y giros y retorcimientos en cada tema ,que bombarderon el tímpano y estrujaron las neuronas de los espectadores para seguir el complejo desarrollo de sus canciones de math metal.

El reciente concierto de Health en Bruselas el 28 de octubre de 2010 amplía el horizonte de las posibilidades de un grupo moderadamente vanguardista con un solvente dinamismo en escena y un sonido electrónico abrumador no precisamente fácil de describir.



Pero sin duda la experiencia de ayer en Bruselas puede y debe cambiar vidas. De hecho, vista la expresión en los ojos de muchos de los asistentes al concierto de Swans, uno podría decir que su vida ya había cambiado.
Los resucitados Swans han editado un nuevo disco tras años de silencio que ha recibido los parabienes de los críticos más sesudos que son adorados cual becerros de oro.
Estos Swans de aspecto feroz se empeñan en presentar sus nuevas grabaciones usando generosamente recursos instrumentales, experiencia y decibelios.



Algo parecido a esto perpetraron ayer en Bruselas.
Fueron y son temas de larguísima introducción, con crescendos brutales que se hacen eternos y con partes intermedias de un lirismo desnudo que se clavan como agujas en las heridas descarnadas que ha producido la percusión sincopada y que, cubiertas con la sal de los teclados aullantes, exudan emociones. Y si hay emoción hay arte, y el arte tiene la facultad de poder (solo en potencia) cambiar la vida de las personas.
Este video presenta muy bien los que Swans ofrece… y refleja también el ambiente que crean entre sus seguidores, entre los que abundan, como bien refleja la filmación, rapados, gafa-pastas y jovencitas, o no tanto, ensimismadas y abducidas por un MichaelGira con la autoestima a la altura de los decibelios que ofrece a los descarnados oídos incautos.




Si alguien quiere arriesgarse a que su vida cambie, lo primero que debe hacer es dejar su barca y arriesgarse para exponerse al arte, especialmente a la música. Dicen.