Moritz von Oswald trio esta compuesto por músicos conocidos en el mundo la música electrónica de vanguardia: Moritz Von Oswald, Max Loderbauer de Sun Electric y el metamórfico Vladislav Delay.
Moritz von Oswald tiene cierto atractivo tras ser portada en revistas culturetas y ser entrevistado en blogs de postín. Y su trío tiene también algo especial en lo musical, editado en formatos físicos y electrónicos no excesivamente caros.
Este pasado fin de semana el Moritz von Oswald trio ha presentado su música en un lugar especial: Recyclart es realmente una estación de tren subterránea del centro de Bruselas, esto implica que está dotada de grifos de cerveza, reconvertida en espacio un polivalente para uso y disfrute de lo aficionado a las artes underground (nunca mejor dicho).
El sábado pasado el Moritz von Oswald trio demostró en Recyclart cómo mezclar sonidos sintéticos y orgánicos sin fisuras. La sesión o concierto del trío consistió en dos pieza de treinta minutos cada una. En ambas pieza se sucedieron poli-ritmos y beats en 2/4 y 4/4 apoyados en una línea de bajo de sintetizador que oprimía el pericardio y hacia oscilar las cabezas de los asistente de forma perfectamente acompasada.
La música improvisada por completo consistió en un dialogo entre los dos teclistas o "botonistas" alemanes y el percusionista finlandés. Con gran entendimiento y miradas entre los tres músicos fueron desplegando eso que han dado en llamar dub-minimal-tecno:
Y esta improvisación llevada a cabo por músicos en complicidad, dejándose guiar por bosquejos rítmicos que evolucionan a lo largo de cada pieza recuerda a otra música … efectivamente era y es JAZZ!!!
El jazz del siglo XXI no se limita al piano-bajo-batería redescubriendo una vez más las formas sincopadas africanoides del blues sino que será electrónico.
La disposición sobre el escenario, los clubs, el rupturismo, la libertad de concepción y ejecución refuerzan la impresión de que estamos ante un nuevo estilo de jazz.
Véase en la oscuridad
O a la luz del día
Ruinas al Pop (haciendo clic en la foto se escucha arqueologia pop)
lunes, 28 de febrero de 2011
sábado, 19 de febrero de 2011
Christina Rosenvinge, galgo afgano o pop feminoide?
Una vez más se tropieza en la misma piedra. Christina Rosenvinge saca disco nuevo y el mundo se detiene y se lanzan fuegos artificiales desde los dúplex más pop-posh o desde las elegantes terrazas donde se sirve pop-de-calidad.
Y vuelven las dudas. Y se vuelve a escuchar “La joven dolores”. Y las dudas siguen. Y la cabellera rubia mojada, los tacones y el paseo como galga afgana por tierras castellanas esperando que salte la liebre de su video no ayuda nada nada nada. Véase.
Pero peor es ver que su inútil sitio web devuelve el mensaje (Bandwidth Limit Exceeded. The server is temporarily unable to service your request due to the site owner reaching his/her bandwidth limit. Please try again later) de los que desconfían de internet y arguyen a favor de la propiedad de los derechos de propiedad de la propiedad intelectual. Allá ella y ellos.
Y la frase que resume de forma benevolente su último disco ya ha sido escrita hace tiempo: “Christina Rosenvinge: El lastre de su brillantez”.
Esa brillantez merece una disección, no sea que el oropel nos engañe.
Este nuevo disco lo que no es es nuevo. Si bien se parece mucho a “Tu labio superior”, nuestra una cierta evolución… o es ovulación?
Este disco muestra una factura, en cuanto a su producción e instrumentación, elegante, trabajada, impecable como un menú de boda de postín. Aquí hay de todo: la acústica omnipresente, un piano que a veces indica dónde está el camino arriesgado que nunca sigue, un espolvoreado de eléctrica distorsionada (Uau!, es que está el Ranaldo), batería competente voces dobladas con sentido, el violoncelo tan del siglo en curso…
Las canciones de este disco muestra influencias interesantes: Leonard Cohen, La Buena Vida, Vainica Doble... que pasadas por el tonito de felpa ratonero de Christina acaban por saturar las papilas gustativas.
Y sus letras. Cada canción tiene un par de frases memorables. Mejor dicho frases y rimas escritas para ser memorables. Frases escritas en un ejercicio de estilismo artificioso. Ah!, esas letras... Letras e historias siempre femeninas. Tan femeninas. Mejor dicho feminoides; y tan cuajadas de estrógenos que cargan. Historias que recuerdan días de opiáceos a dosis terapéuticas (eso sí)
Volvemos a los prejuicios? Puede, pero Christina Rosenvinge sigue siendo una cantante epidérmica que sólo raramente llega a la dermis bien vascularizada, y casi nunca entra en el torrente sanguíneo. Pobre, ella que hace canciones de cardiólogo no consigue llega al corazón. Quizás porque ni siquiera roza la dermis.
Seguro que son prejuicios. Pero ni siquiera está claro si un galgo afgano sea más bello que un perdiguero
Y vuelven las dudas. Y se vuelve a escuchar “La joven dolores”. Y las dudas siguen. Y la cabellera rubia mojada, los tacones y el paseo como galga afgana por tierras castellanas esperando que salte la liebre de su video no ayuda nada nada nada. Véase.
Pero peor es ver que su inútil sitio web devuelve el mensaje (Bandwidth Limit Exceeded. The server is temporarily unable to service your request due to the site owner reaching his/her bandwidth limit. Please try again later) de los que desconfían de internet y arguyen a favor de la propiedad de los derechos de propiedad de la propiedad intelectual. Allá ella y ellos.
Y la frase que resume de forma benevolente su último disco ya ha sido escrita hace tiempo: “Christina Rosenvinge: El lastre de su brillantez”.
Esa brillantez merece una disección, no sea que el oropel nos engañe.
Este nuevo disco lo que no es es nuevo. Si bien se parece mucho a “Tu labio superior”, nuestra una cierta evolución… o es ovulación?
Este disco muestra una factura, en cuanto a su producción e instrumentación, elegante, trabajada, impecable como un menú de boda de postín. Aquí hay de todo: la acústica omnipresente, un piano que a veces indica dónde está el camino arriesgado que nunca sigue, un espolvoreado de eléctrica distorsionada (Uau!, es que está el Ranaldo), batería competente voces dobladas con sentido, el violoncelo tan del siglo en curso…
Las canciones de este disco muestra influencias interesantes: Leonard Cohen, La Buena Vida, Vainica Doble... que pasadas por el tonito de felpa ratonero de Christina acaban por saturar las papilas gustativas.
Y sus letras. Cada canción tiene un par de frases memorables. Mejor dicho frases y rimas escritas para ser memorables. Frases escritas en un ejercicio de estilismo artificioso. Ah!, esas letras... Letras e historias siempre femeninas. Tan femeninas. Mejor dicho feminoides; y tan cuajadas de estrógenos que cargan. Historias que recuerdan días de opiáceos a dosis terapéuticas (eso sí)
Volvemos a los prejuicios? Puede, pero Christina Rosenvinge sigue siendo una cantante epidérmica que sólo raramente llega a la dermis bien vascularizada, y casi nunca entra en el torrente sanguíneo. Pobre, ella que hace canciones de cardiólogo no consigue llega al corazón. Quizás porque ni siquiera roza la dermis.
Seguro que son prejuicios. Pero ni siquiera está claro si un galgo afgano sea más bello que un perdiguero
jueves, 3 de febrero de 2011
Escuchando músicas y explorando
Si se pasa bastante tiempo escuchando músicas suficientemente variadas y explorando un abanico de estilos bien abierto, se encuentran fragmentos, piezas o canciones que conmueven o que agitan sensores de sensibilidades profundas.
Esto puede ocurrir con grabaciones como The Electric Harpsichorde de Catherine Christer Hennix.
Esta grabación lleva por título el nombre de un instrumento electromecánico bastante conocido pero lo que se escucha no se parece en nada al sonido que se espera de este instrumento.
Tampoco su creadora es lo que se espera, ni nada relacionado con su edición ni con el proceso de su grabación. Alguna crítica erudita indica que este trocito de un concierto que se grabó en 1976 y se ha editado en 2010 es de un caprichosa singularidad.
Una substanciosa entrevista reciente resulta muy ilustrativa. En ella se habla de conceptos que ayudan (o no) a entender esta música y a su heterodoza creadora: matemáticas, frecuencias de onda, física quántica, entonaciones, India, abstracción, raga, jazz… Y tras rebuscar un poco se encuentra cómo la artista autodefine sus trabajos: HESE "Hallucinogenic Ecstatic Sound Experience” que sin duda suena mejor que el calificativo que le dedica la discográfica que ha editado The Electric Harpsichord: "the obscure masterpiece of the days of the early American minimalism".
La curiosidad incita a visualizar al artista, se consigue pero las inquietudes continúan.
Y es que la belleza de esta pieza de casi media hora provoca reacciones potentes y difíciles de explicar. El juego de acordes y reflujos a través de cintas con medios del siglo pasado resultan muy estimulantes y … modernos.
Algunas partes se pueden escuchar cómodamente aquí. Pero la escucha de la pieza al completo es necesaria para apreciar su calidez, elegancia vanguardismo. Se puede buscar fácilmente aquí o aquí.
En resumen las horas de exploración a veces acaban en islas exóticas con tesoros medio ocultos o medio visibles, depende de la inspiración del explorador. Algunos tienen la inspiración que precisan o la suerte de los que la buscan...
Esto puede ocurrir con grabaciones como The Electric Harpsichorde de Catherine Christer Hennix.
Esta grabación lleva por título el nombre de un instrumento electromecánico bastante conocido pero lo que se escucha no se parece en nada al sonido que se espera de este instrumento.
Tampoco su creadora es lo que se espera, ni nada relacionado con su edición ni con el proceso de su grabación. Alguna crítica erudita indica que este trocito de un concierto que se grabó en 1976 y se ha editado en 2010 es de un caprichosa singularidad.
Una substanciosa entrevista reciente resulta muy ilustrativa. En ella se habla de conceptos que ayudan (o no) a entender esta música y a su heterodoza creadora: matemáticas, frecuencias de onda, física quántica, entonaciones, India, abstracción, raga, jazz… Y tras rebuscar un poco se encuentra cómo la artista autodefine sus trabajos: HESE "Hallucinogenic Ecstatic Sound Experience” que sin duda suena mejor que el calificativo que le dedica la discográfica que ha editado The Electric Harpsichord: "the obscure masterpiece of the days of the early American minimalism".
La curiosidad incita a visualizar al artista, se consigue pero las inquietudes continúan.
Y es que la belleza de esta pieza de casi media hora provoca reacciones potentes y difíciles de explicar. El juego de acordes y reflujos a través de cintas con medios del siglo pasado resultan muy estimulantes y … modernos.
Algunas partes se pueden escuchar cómodamente aquí. Pero la escucha de la pieza al completo es necesaria para apreciar su calidez, elegancia vanguardismo. Se puede buscar fácilmente aquí o aquí.
En resumen las horas de exploración a veces acaban en islas exóticas con tesoros medio ocultos o medio visibles, depende de la inspiración del explorador. Algunos tienen la inspiración que precisan o la suerte de los que la buscan...
miércoles, 2 de febrero de 2011
Black Bug
Si la distorsión melódica de los Jesus and Mary Chain, My Bloody Valentine, o SonicYouth se acelera, se enturbia y se afila puede aparecer un sonido demoledor.
Si a eso se añade una voz aulladora aunque sin llegar a lo de Adri Hoyos de Harry Pussy, un poco de punk añejo estilo UK Subs y techados sucios y tan inconfortables como los de Child Abuse nos acercaremos a los terrenos que exploran los suecos Black Bug.
Back Bug son un dúo que han dado un paso más allá en el escabroso y nuevo synth-punk de este siglo.
Black Bug se sitúan a la vanguardia de la música rompedora pero aún manteniendo una cierta inocencia juvenil incluso popera:
Interesantes también en disco:
No se garantiza una escucha precisamente placentera:
Si a eso se añade una voz aulladora aunque sin llegar a lo de Adri Hoyos de Harry Pussy, un poco de punk añejo estilo UK Subs y techados sucios y tan inconfortables como los de Child Abuse nos acercaremos a los terrenos que exploran los suecos Black Bug.
Back Bug son un dúo que han dado un paso más allá en el escabroso y nuevo synth-punk de este siglo.
Black Bug se sitúan a la vanguardia de la música rompedora pero aún manteniendo una cierta inocencia juvenil incluso popera:
Interesantes también en disco:
No se garantiza una escucha precisamente placentera:
martes, 1 de febrero de 2011
Discos
Este escueto post sólo pretende ser una despensa de enlaces que guardan las esencias del pop ochentero español. Ahí se guardan joyas inencontrables, vinilos olvidados, algunos en formatos imposibles como el EP, maxi-single o miniLP. Generalmente de pueden descargar y constituyen un archivo sin orden ni concierto, ni cronológico ni alfabético ni estilístico. Estos blogs recogen pre y post-movidismo, para-movida y movida propiamente dicha.
Nostalgia pura:
http://nuevaola80s.blogspot.com/
http://noesextraoestevinilo.blogspot.com/
Disfrútese
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